En el vídeo se la ve en una actuación en directo, comenzando la canción como originalmente era:
"Mi querida España, esta España viva, esta España muerta
De tu santa siesta ahora te despiertan versos de poeta"
En la quinta estrofa dice "esta España nueva, esta España vieja" y en la novena "esta España en dudas, esta España cierta".
La versión "oficial" aprobada por el órgano censor, es algo más aséptica. En ella todas las veces se refiere a España como "esta España mía, esta España nuestra".
Puede parecer una nadería, pero hay que tenerlos muy cuadrados para cantar en un directo una crítica y lanzar un desafío tan descarado al régimen. Para algunos de la época, decir cosas como esas se podía considerar una ofensa contra España y sus instituciones. Era algo que atentaba contra España de alguna forma, de lo contrario, la censura no habría tenido necesidad de actuar.
Y sin embargo, arriesga su carrera y su libertad para que los ciudadanos puedan oír durante un instante una voz distinta. Saca pecho y nos regala un canto disconforme, una brisa fresca y un desafío a la férrea imposición ideológica del régimen. Una saeta al corazón de esos mecanismos "preventivos" que quedaron profundamente arraigados gracias al terror y al olor a cadáver que dejó una guerra sangrienta y una represión brutal, humillante y vergonzosa.
Esos mecanismos se aplican hoy también de forma preventiva a través del control económico y político de los medios de comunicación. Hoy día son, tristemente, los propios medios los que se autocensuran y deforman la realidad, haciendo obsoleto el papel del censor.
Hace no mucho tiempo, el líder de Podemos dijo que el hecho de que haya capital privado en un medio de comunicación compromete la libertad de prensa. A mí no me cabe la menor duda de que eso es así, pero rápidamente diversos paladines del "periodismo independiente", comenzaron rasgarse las vestiduras en público dedicándole una repetitiva letanía de epítetos peyorativos.
Todo ello, sin generar el más mínimo debate, sino repitiendo eslóganes, no vaya a ser que los vayan a pillar en el argumentario, como tan frecuentemente les ocurre.
Podemos creer acertadamente que los periodistas son personas buenas que trabajan para formar una opinión que se ajuste a la realidad en base a un código deontológico. Pero también podemos pensar que son personas buenas que trabajan en una empresa para poder vivir y que por lo tanto siguen las líneas editoriales que los otros deciden que sigan.
Y esto de la línea editorial es lo que no nos cuentan los "marindas" de las tertulias, que se nos presentan como profesionales avalados por su currículum y su prestigio, comprometidos, independientes, no condicionados. Pero igual que los políticos, muy dependientes del auto-aplauso y de la escasa profundidad y orden en los debates en que participan.
¿Nadie se ha dado cuenta que determinados medios tienden a relacionare y a ser más empáticos y fieles con determinados políticos o empresas que con otros? Pues eso es la línea editorial. Los medios, como empresas, entablan amistad con diversos grupos de interés, con los que luego son menos críticos, más comprensivos, más "majos". Y esto lo hacen gracias a esa especial manera de tratar y comunicar una información para que genere una respuesta emocional determinada en los consumidores.
Cecilia, con un directo y 6 palabras que convierten una canción ñoña en un acto revolucionario de verdadero amor por su patria; ha hecho más por la dignidad y por la libertad de expresión en España que todos los "marindas" del escenario (yo los llamo "marindas", cariñosamente).
Y por ello, cantarlas en público alterando la versión del censor, tenía sus riesgos. Como hoy los puede tener el describir públicamente como "presuntos" mafiosos, incompetentes, mentirosos y corruptos al Presidente del Gobierno, al Gobierno en pleno, al PP en pleno, al PSOE en pleno, a la Infanta, a las Generalidades (a todas ellas, con dos del PP y una de la derecha independentista catalana), a todos los gobiernos autonómicos, jueces y fiscales "independientes" pero afiliados a asociaciones de magistrados abiertamente políticas, o a cualquier otro palmero de este régimen, turnista al más puro estilo "Cánovas-Sagasta", popular en el último cuarto de S. XIX cuando España estaba en pleno proceso de descomposición (como ahora, prácticamente).
¡Aunque te apetezca no lo hagas, te puede costar un marrón de varios años de SMI y un antecedente policial!
Y es que a falta de censor, buenas son leyes. A pesar de que España es uno de los países más seguros del mundo, al PP le ha parecido necesario reeditar la Ley de Vagos y Maleantes.
La novísima Ley Mordaza del PP, también llamada "Ley de la patada en la boca" y que viene a sustituir a la anterior "Ley de la patada en la puerta"; planea multar con hasta 30000 euros las ofensas o ultrajes a España, a las CCAA, las entidades locales y sus símbolos, instituciones e himnos cuando no sean constitutivas de delito. Además de las concentraciones no autorizadas, tratar de impedir deshaucios, documentar malos tratos por parte de la autoridad... ¡La fiesta de la democracia "hoygan"!
Con el nuevo desarrollo de la Ley Sinde-Wert (yo llamo así a la broma esta) el derecho irrenunciable de AEDE a cobrar en nombre de los propietarios de los derechos de autor por enlazar contenidos protegidos, ha logrado la marcha de Google News de España. A partir de ahora el derecho de información y la capacidad de los ciudadanos de ejercer ese derecho están monetizados y salvaguardados por un lobby. Eso es lo que se llama independencia periodística.
Ante todo este despropósito los "marindas" aplauden, pues las líneas editoriales que ellos mismos diseñan exigen rendir pleitesía a aquellos de quienes son voceros independientes.
https://www.youtube.com/watch?v=nOatrXGc0do
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